Una estatua de Medusa asociada al movimiento #MeToo, realizada por el artista argentino Luciano Garbati (Buenos Aires, 1973), llegó a Manhattan y no a cualquier rincón, sino que fue emplazada cerca de la Corte Suprema, donde Harvey Weinstein, el ex magnate del cine, fue sentenciado a 23 años de prisión el 11 de marzo por violación y otros delitos.
En la obra, de más de dos metros de alto y que fue realizada en 2008 y resurgió a partir del movimiento feminista, se reversiona el mito de Medusa.
Desde su exposición, esta obra ha generado vehementes debates sobre el feminismo. Surgieron voces acusan al movimiento de promover la búsqueda de venganza y no la igualdad de derechos y otras que lo defienden sosteniendo que el objetivo de la obra es llamar la atención sobre los constantes abusos perpetrados por el poder hegemónico patriarcal.
Sin embargo, lo que se visibiliza con esta obra es que durante cientos de años pocos se indignaban al ver la versión original con un héroe llevando la cabeza de una mujer en manos.
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