Abandon entouré d’abandon, tendresse touchant aux tendresses… […] Ainsi tu inventes le thème du Narcisse exhaucé.
La poesía hiriente de Rilke sirve de preámbulo a la exploración sensual que aborda Miguel Zaragozá sobre el mito de Narciso. Es la eficaz excusa para hilvanar el tema de la soledad y la belleza con la polémica identidad masculina que hace tambalear la noción del hombre en la sociedad actual.
Una línea descendente nos lleva a tocar el lado más húmedo de la mitología, estableciendo juegos de miradas entre el espectador, el artista y el ser amado, que se presenta a su vez como reflejo de un superego construido a medias entre imágenes, simulacros y aspiraciones.
Es el cuerpo del hombre, su piel y su cadencia, concepto y forma al mismo tiempo de un paseo entre el deseo y la provocación, que araña la autocomplacencia y la ambigüedad de nuestras pulsiones sexuales. En estas obras, Zaragozá aboga por el naturalismo y cierta textura pictórica basada en el tenebrismo pero subrayando la pureza del blanco y negro sin artificios. Para ello ha contado con modelos de las agencias UNO y Fashionartmgmt que cumplen la misión de dar vida al joven eterno.
Esta serie demuestra la vigencia de los principios clásicos de la estética, la permanencia del mito y la ansiada búsqueda de la belleza universal a través del arte.
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